Pink Spider [fanfic by me :D]
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Pink Spider [fanfic by me :D]
PINK SPIDER
Holas, les explico, hice este fic para un concurso de literatura en el liceo, recién a fines de octubre se entregan los resultados ^^u
Es corto, es un one-shoot ^^
No lo creo para nada bueno =___= pero es lo q hay, y x ahora con esto me conformo xq avancé pila desde mi 1er fic hasta ahora, y xq amo escribir.
Aunq mis fics siempre hablen de lo mismo ¬¬
Enjoy :D
________
(esta especie de tapa la hice yo en photoshop :D
Recuerdo aquella vez que te tuve frente a mis ojos, expresando tus sentimientos por medio de tu guitarra, aquella guitarra que para mi es tan ridícula pero a ti te quedaba tan bien.
The Pink Spider era uno de tus apodos, tú mismo te habías denominado así. Aunque para mi siempre fuiste más como un pequeño gatito fucsia, tan juguetón, ágil, torpe, sigiloso… Tan cariñoso y tierno.
Ése día fue el primer día que hablamos. Yo me había quedado fuera del local sentada contra la pared, intentando recordar cada segundo de tu existencia frente a mis ojos. Recuerdo que todos tus seguidores ya se habían marchado, era lo que ésta sociedad estaba acostumbrada, respeto.
No sabía siquiera si te iba a ver, quizás ya te habías ido por la otra puerta, pero yo no pensaba en eso, mi mente estaba en tus ojos, en tus gestos, tu voz, tus gritos, tus manos.
Habían pasado unas… ¿2 horas quizás? Desde que todos se habían marchado y yo estaba aquí.
Seguramente estabas tú, con el resto de la banda dentro del pub, descansando y tomando algo.
Fue cuando sentí la voz de Kaz y volteé mi cabeza hacia la izquierda para mirarlo.
-¿Quedó uno?- dijo riéndose y empujándote en el hombro en modo de broma, tú te reíste y volteaste hacia mi, acercándote con ese rostro amable.
-¿Estás bien?- preguntaste, agachándote al lado mío… Y me miraste a los ojos… Y me quedé sin habla.
Comencé a ver borroso hasta que desbordaron las lágrimas, me mirabas preocupado…
¿Realmente te interesaba? Nunca me imaginé lo que sería el que me miraras a los ojos con preocupación.
Suspiraste y te sentaste.
-¿Cual es tu nombre?- hiciste una mueca y me secaste las lágrimas con sus manos -¿O cómo te dicen?- agregaste finalmente sonriendo
-Kyouki- dije, tomé aire y lo solté lento –Discúlpame, no me pasa nada… Hide-
-¿Segura?-
-Segura- dije sonriendo –Sólo quería mirarte a los ojos-
En ese momento te levantaste estirando una mano para ayudarme a ponerme en pie, y empezaste a caminar por la acera siguiendo a Kaz. Y yo quedé ahí parada, mirándote, no sabía que hacer, si seguirte o quedarme ahí asimilando cada momento de lo que acababa de ocurrir.
Cuando te diste cuenta que no te seguía frenaste y miraste para atrás, prendiendo un cigarrillo.
-¿No piensas venir?- tomaste una pitada larga y soltaste el humo lentamente.
-Si, disculpa- dije acercándome a ti.
Esa noche fuimos cerca de un puente, donde se podía admirar el hermoso mar disfrutando de la tranquilidad de una tranquila y pequeña plaza.
Pasamos horas con el resto de la banda en ese lugar, hablando de temas sin mucha importancia que surgían en el momento.
A eso de las 5 de la mañana Joe se llevó a tres integrantes de la banda para sus respectivas casas, ya que no podían caminar solos a causa de todo lo que habían tomado, quedando sólo Kaz y Kiyoshi con nosotros.
Tú también habías tomado, pero no lo suficiente para quedar fuera de sí, aunque sabía que era normal en ti embriagarte me pareció un gesto tierno de tu parte el no querer hacerlo en frente de una fan.
¿Debería irme ya? No quería molestarte, y el silencio incómodo que dominaba el momento me hacía dudarlo con más intensidad. Entonces me puse a mirar el reloj de mi móvil, ya que no sabía hacia donde mirar y mirarte a ti me ponía más nerviosa.
Por suerte te diste cuenta de eso y decidiste hablar.
-Quédate un rato más, por favor-
¿Enserio me lo estabas pidiendo? Eso desvanecía mi tención pero no dejaba de estar nerviosa por el sólo hecho de estar a tu lado
-No tengo razones para irme ahora- respondí
Te reíste y comenzamos a hablar sobre comida, todo por que me contaste una anécdota entre tú y Yoshiki, el baterista de tu ex banda, en un Mc. Donald’s.
Seguimos hablando hasta las 6 de la mañana aproximadamente, cuando a los dos nos sonó el estómago pidiendo alimento.
-¿Vamos a desayunar?- preguntaste riéndote
-Bueno- dije riéndome contigo
Nos levantamos sacudiéndonos el pasto seco que nos había quedado en la ropa, y nos despedimos de Kaz y Kiyoshi.
-Hide- dije, antes de salir de la plaza
-¿Que?- preguntaste
-Ponte la gorra, tu pelo fucsia no es para nada discreto y ya es cómo una marca registrada de ti-
-Tienes razón- dijiste riéndote
Desayunamos en el restaurant más cercano, estuvimos un par de horas ahí, hasta que nos empezó a pegar el sueño y decidiste acompañarme hasta mi casa.
Te despediste con un “Hasta pronto” y te marchaste sonriendo.
Esa vez, recuerdo que no dormí hasta que se hizo la noche, y no porque no estuviera cansada, sino porque era demasiado increíble para mi persona todo lo que había ocurrido recién, estando a tu lado. Estuve años esperando que esto pasara, sólo con el echo de tenerte frente a mi hubiera sido razón suficiente para dejarme horas tirada en mi cama pensando.
Pasaron los meses y nos seguimos viendo, no te importó la diferencia de edad entre nosotros, cuando te dije que tenía 16 años, unas semanas después del día en el que hablamos por primera vez, ese día yo estaba demasiado nerviosa, habíamos salido a cenar ni bien salías de un ensayo y yo no había tocado en ningún momento el plato que tenía frente a mis ojos.
Cuando te lo dije te reíste, en ése momento tenías 30.
El día en el que me convertí oficialmente en tu novia lo voy a seguir recordando perfectamente, cada segundo, cada acción y cada palabra, por el resto de mis días.
3 meses luego de nuestra primera cita, en invierno, uno de los días más fríos de diciembre, golpeaste la puerta de mi apartamento a las 5 de la mañana y me llevaste al mismo lugar al que fuimos por primera vez, aquella plaza en Tokio. Yo estaba vestida con lo primero que encontré, unos jeans negros, un par de buzos de abrigo y un tapado que me llegaba hasta los tobillos, tú estabas parecido a mí.
Fue la primera vez que caminamos agarrados de la mano, me llevaste hasta el mismo lugar en el cual habíamos permanecido sentados por horas hace exactamente 3 meses.
Esperamos expectantes el amanecer.
Cuando el sol comenzó a salir llamaste mi nombre en susurro y te miré casi como por reflejo. Ni bien giré mi rostro hacia mi izquierda me encontré con tu rostro sonriendo amablemente a escasos centímetros del mío y un segundo después sentí tus suaves y dulces labios presionados contra los míos. Todavía recuerdo a la perfección lo cálido que fue ese primer beso contigo.
Fuimos una pareja muy unida el tiempo que la vida nos permitió serlo.
Hasta que pasaron 3 años. Aquel día de mayo fue el día que mi sol se apagó.
2 de mayo de 1998. Tú, con 33 años, falleciste en un supuesto intento de suicido.
Nunca iba a aceptar eso, nunca nadie lo aceptó ya que parecía ilógico que una persona pudiera suicidarse de esa forma y menos que a ti, en algún momento se te ocurriera suicidarte.
Tenías grandes proyectos con tus dos bandas paralelas. Habíamos estado planeando un futuro juntos. Ni siquiera dejaste una nota, nada.
Pasé horas frente a tu cuerpo dormido, observando tu hermoso rostro, tu voz inundaba mi mente, diciéndome lo feliz que estabas de todo lo que habías logrado, que nunca me dejarías, que me necesitabas. Intenté despertarte incontables veces, aunque no fui la única, Yoshiki tuvo que venir a separarme de tu cuerpo, porque ya te tenían que llevar a enterrarte metros bajo tierra.
Aprendí a ver el sol en las noches, caminando sola por las calles de Tokio y escuchando tu voz en mis auriculares. Aprendí a sonreír recordando los momentos que pasamos juntos.
Porque es muy doloroso pensar en ti y en que nunca te volveré a ver, por eso cada vez que visito tu tumba, cada año, me siento frente a ti, escucho tu música y recuerdo aquel día, en el que en uno de tus conciertos, cuando cantabas “Rocket Dive” me miraste directo a los ojos.
Porque aunque no hayas dejado ninguna nota, me dejaste las canciones más hermosas que alguien me podría haber escrito jamás. Y gracias a ellas, soy capaz de seguir adelante, porque sigues vivo dentro de mí, y sigues haciéndome feliz.
La velocidad es extravagante, un cohete lanzándose en picada. Quiero subirme antes que se oxide. Si tú pudieras dejarlo, serías mi perfecto cohete.
Por que es la era espacial, un cohete lanzándose en picada. Un salto Bungee hacia un lugar que no puedo ver.
Gracias, Hide.
________
Si, cambié un poco la letra de Rocket Dive ^^u
Perdonen si les resulta totalmente atrevido de mi parte haber escrito esto o algo así, yo q se .___.
x ahora no se me ocurre q más aclarar.
Miyatsuki Kyouki Takashima
Holas, les explico, hice este fic para un concurso de literatura en el liceo, recién a fines de octubre se entregan los resultados ^^u
Es corto, es un one-shoot ^^
No lo creo para nada bueno =___= pero es lo q hay, y x ahora con esto me conformo xq avancé pila desde mi 1er fic hasta ahora, y xq amo escribir.
Aunq mis fics siempre hablen de lo mismo ¬¬
Enjoy :D
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(esta especie de tapa la hice yo en photoshop :D
Recuerdo aquella vez que te tuve frente a mis ojos, expresando tus sentimientos por medio de tu guitarra, aquella guitarra que para mi es tan ridícula pero a ti te quedaba tan bien.
The Pink Spider era uno de tus apodos, tú mismo te habías denominado así. Aunque para mi siempre fuiste más como un pequeño gatito fucsia, tan juguetón, ágil, torpe, sigiloso… Tan cariñoso y tierno.
Ése día fue el primer día que hablamos. Yo me había quedado fuera del local sentada contra la pared, intentando recordar cada segundo de tu existencia frente a mis ojos. Recuerdo que todos tus seguidores ya se habían marchado, era lo que ésta sociedad estaba acostumbrada, respeto.
No sabía siquiera si te iba a ver, quizás ya te habías ido por la otra puerta, pero yo no pensaba en eso, mi mente estaba en tus ojos, en tus gestos, tu voz, tus gritos, tus manos.
Habían pasado unas… ¿2 horas quizás? Desde que todos se habían marchado y yo estaba aquí.
Seguramente estabas tú, con el resto de la banda dentro del pub, descansando y tomando algo.
Fue cuando sentí la voz de Kaz y volteé mi cabeza hacia la izquierda para mirarlo.
-¿Quedó uno?- dijo riéndose y empujándote en el hombro en modo de broma, tú te reíste y volteaste hacia mi, acercándote con ese rostro amable.
-¿Estás bien?- preguntaste, agachándote al lado mío… Y me miraste a los ojos… Y me quedé sin habla.
Comencé a ver borroso hasta que desbordaron las lágrimas, me mirabas preocupado…
¿Realmente te interesaba? Nunca me imaginé lo que sería el que me miraras a los ojos con preocupación.
Suspiraste y te sentaste.
-¿Cual es tu nombre?- hiciste una mueca y me secaste las lágrimas con sus manos -¿O cómo te dicen?- agregaste finalmente sonriendo
-Kyouki- dije, tomé aire y lo solté lento –Discúlpame, no me pasa nada… Hide-
-¿Segura?-
-Segura- dije sonriendo –Sólo quería mirarte a los ojos-
En ese momento te levantaste estirando una mano para ayudarme a ponerme en pie, y empezaste a caminar por la acera siguiendo a Kaz. Y yo quedé ahí parada, mirándote, no sabía que hacer, si seguirte o quedarme ahí asimilando cada momento de lo que acababa de ocurrir.
Cuando te diste cuenta que no te seguía frenaste y miraste para atrás, prendiendo un cigarrillo.
-¿No piensas venir?- tomaste una pitada larga y soltaste el humo lentamente.
-Si, disculpa- dije acercándome a ti.
Esa noche fuimos cerca de un puente, donde se podía admirar el hermoso mar disfrutando de la tranquilidad de una tranquila y pequeña plaza.
Pasamos horas con el resto de la banda en ese lugar, hablando de temas sin mucha importancia que surgían en el momento.
A eso de las 5 de la mañana Joe se llevó a tres integrantes de la banda para sus respectivas casas, ya que no podían caminar solos a causa de todo lo que habían tomado, quedando sólo Kaz y Kiyoshi con nosotros.
Tú también habías tomado, pero no lo suficiente para quedar fuera de sí, aunque sabía que era normal en ti embriagarte me pareció un gesto tierno de tu parte el no querer hacerlo en frente de una fan.
¿Debería irme ya? No quería molestarte, y el silencio incómodo que dominaba el momento me hacía dudarlo con más intensidad. Entonces me puse a mirar el reloj de mi móvil, ya que no sabía hacia donde mirar y mirarte a ti me ponía más nerviosa.
Por suerte te diste cuenta de eso y decidiste hablar.
-Quédate un rato más, por favor-
¿Enserio me lo estabas pidiendo? Eso desvanecía mi tención pero no dejaba de estar nerviosa por el sólo hecho de estar a tu lado
-No tengo razones para irme ahora- respondí
Te reíste y comenzamos a hablar sobre comida, todo por que me contaste una anécdota entre tú y Yoshiki, el baterista de tu ex banda, en un Mc. Donald’s.
Seguimos hablando hasta las 6 de la mañana aproximadamente, cuando a los dos nos sonó el estómago pidiendo alimento.
-¿Vamos a desayunar?- preguntaste riéndote
-Bueno- dije riéndome contigo
Nos levantamos sacudiéndonos el pasto seco que nos había quedado en la ropa, y nos despedimos de Kaz y Kiyoshi.
-Hide- dije, antes de salir de la plaza
-¿Que?- preguntaste
-Ponte la gorra, tu pelo fucsia no es para nada discreto y ya es cómo una marca registrada de ti-
-Tienes razón- dijiste riéndote
Desayunamos en el restaurant más cercano, estuvimos un par de horas ahí, hasta que nos empezó a pegar el sueño y decidiste acompañarme hasta mi casa.
Te despediste con un “Hasta pronto” y te marchaste sonriendo.
Esa vez, recuerdo que no dormí hasta que se hizo la noche, y no porque no estuviera cansada, sino porque era demasiado increíble para mi persona todo lo que había ocurrido recién, estando a tu lado. Estuve años esperando que esto pasara, sólo con el echo de tenerte frente a mi hubiera sido razón suficiente para dejarme horas tirada en mi cama pensando.
Pasaron los meses y nos seguimos viendo, no te importó la diferencia de edad entre nosotros, cuando te dije que tenía 16 años, unas semanas después del día en el que hablamos por primera vez, ese día yo estaba demasiado nerviosa, habíamos salido a cenar ni bien salías de un ensayo y yo no había tocado en ningún momento el plato que tenía frente a mis ojos.
Cuando te lo dije te reíste, en ése momento tenías 30.
El día en el que me convertí oficialmente en tu novia lo voy a seguir recordando perfectamente, cada segundo, cada acción y cada palabra, por el resto de mis días.
3 meses luego de nuestra primera cita, en invierno, uno de los días más fríos de diciembre, golpeaste la puerta de mi apartamento a las 5 de la mañana y me llevaste al mismo lugar al que fuimos por primera vez, aquella plaza en Tokio. Yo estaba vestida con lo primero que encontré, unos jeans negros, un par de buzos de abrigo y un tapado que me llegaba hasta los tobillos, tú estabas parecido a mí.
Fue la primera vez que caminamos agarrados de la mano, me llevaste hasta el mismo lugar en el cual habíamos permanecido sentados por horas hace exactamente 3 meses.
Esperamos expectantes el amanecer.
Cuando el sol comenzó a salir llamaste mi nombre en susurro y te miré casi como por reflejo. Ni bien giré mi rostro hacia mi izquierda me encontré con tu rostro sonriendo amablemente a escasos centímetros del mío y un segundo después sentí tus suaves y dulces labios presionados contra los míos. Todavía recuerdo a la perfección lo cálido que fue ese primer beso contigo.
Fuimos una pareja muy unida el tiempo que la vida nos permitió serlo.
Hasta que pasaron 3 años. Aquel día de mayo fue el día que mi sol se apagó.
2 de mayo de 1998. Tú, con 33 años, falleciste en un supuesto intento de suicido.
Nunca iba a aceptar eso, nunca nadie lo aceptó ya que parecía ilógico que una persona pudiera suicidarse de esa forma y menos que a ti, en algún momento se te ocurriera suicidarte.
Tenías grandes proyectos con tus dos bandas paralelas. Habíamos estado planeando un futuro juntos. Ni siquiera dejaste una nota, nada.
Pasé horas frente a tu cuerpo dormido, observando tu hermoso rostro, tu voz inundaba mi mente, diciéndome lo feliz que estabas de todo lo que habías logrado, que nunca me dejarías, que me necesitabas. Intenté despertarte incontables veces, aunque no fui la única, Yoshiki tuvo que venir a separarme de tu cuerpo, porque ya te tenían que llevar a enterrarte metros bajo tierra.
Aprendí a ver el sol en las noches, caminando sola por las calles de Tokio y escuchando tu voz en mis auriculares. Aprendí a sonreír recordando los momentos que pasamos juntos.
Porque es muy doloroso pensar en ti y en que nunca te volveré a ver, por eso cada vez que visito tu tumba, cada año, me siento frente a ti, escucho tu música y recuerdo aquel día, en el que en uno de tus conciertos, cuando cantabas “Rocket Dive” me miraste directo a los ojos.
Porque aunque no hayas dejado ninguna nota, me dejaste las canciones más hermosas que alguien me podría haber escrito jamás. Y gracias a ellas, soy capaz de seguir adelante, porque sigues vivo dentro de mí, y sigues haciéndome feliz.
La velocidad es extravagante, un cohete lanzándose en picada. Quiero subirme antes que se oxide. Si tú pudieras dejarlo, serías mi perfecto cohete.
Por que es la era espacial, un cohete lanzándose en picada. Un salto Bungee hacia un lugar que no puedo ver.
Gracias, Hide.
________
Si, cambié un poco la letra de Rocket Dive ^^u
Perdonen si les resulta totalmente atrevido de mi parte haber escrito esto o algo así, yo q se .___.
x ahora no se me ocurre q más aclarar.
Miyatsuki Kyouki Takashima
Re: Pink Spider [fanfic by me :D]
ahhhhhhhhhhhh que lindo te quedo mmmm no tengo palabras solo muyyyyy lindo
fraganceanddears- GACKT adict@
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Cantidad de envíos : 91
Fecha de inscripción : 09/09/2009
Edad : 33
Localización : MMMM la LUNA
Re: Pink Spider [fanfic by me :D]
fraganceanddears escribió:ahhhhhhhhhhhh que lindo te quedo mmmm no tengo palabras solo muyyyyy lindo
ayyy enserio?
gracias x molestarte en leerlo, enserio >u<
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